HUERCANOS 2009

por Juan José Almendariz:

Por fin llegó el domingo, fieles a la cita semanal poco antes de las 9h. de la mañana comienzan a aparecer bicicletas por la plaza del ayuntamiento, la mañana con nubes y claros está fresca, pero es lo propio de la estación.

Es cinco de Abril, domingo de ramos inicio de la Semana Santa, un ligero presagio para algunos de los ratos de pasión que nos esperan. Espero no terminar a ramazos como el de la borriquilla.


Puntuales con el reloj de la plaza, salimos en dirección hacia la rioja alavesa, salida tranquila, con comentarios sobre el gran premio de Estella, sobre la jornada de fútbol del sábado por la tarde, sobre las últimas novedades técnicas de los compañeros, etc. en fin un paseo tranquilo pero con la mente puesta y las orejas tiesas para lo que quedaba por delante.

Pronto apenas se gira a la derecha en Assa, poco a poco los comentarios fueron apagándose, y como niños buenos cuando los sacan en el cole de excursión, todos calladitos empezamos a subir hacia El Villar. El silencio no es de respeto por el día, sino por la falta de aire, por el ritmo impuesto. Empiezas a contar los que te van pasando y pronto ya decides que o aprietas el culo, o disfrutas del paseo dominical tu solo.

El ritmo es fuerte pero al llegar arriba, se disgrega el grupo mucho menos de lo esperado. Tomamos dirección Cenicero y el ritmo sigue siendo alto, en cabeza hay miradas de no saber que hacer si seguir para delante o parar, y ¡como no! se sigue. Lo mejor estaba por llegar, saliendo de Cenicero pronto el ritmo vuelve a aumentar, otra vez a sufrir, pero es lo que toca. Vuelves a empezar a contar los que se van marchando y otra vez a ensayar la cara para un anuncio de dentífrico de tanto enseñar los dientes. Al coronar en la bajada hacia Huércanos, todos a bloque a por los cuatro escapados, pero andan mucho esas liebres para los galgos que íbamos detrás.

Llegamos todos a “ la pochanca “ que vaya paradoja, se llama así a Huércanos por una charca de agua que había, pero ahora parece Bosnia tras un bombardeo y encima la fuente sin agua, así que los botellines a seco durante unos kilómetros más. Tras la fragorosa batalla, como dicen algunos, a partir de ahora empiezan los kilómetros de calidad, vuelven los comentarios y el ritmo es mucho más asequible. Y todos pensando, para la próxima cita, a ver si esta semana salgo tres días, a ver si aligero un poco la bici, a ver si aligero un poco al piloto, en fin pensamientos de ciclista profesional frustrado.

Pero para la próxima cita creo que lo mejor será encargar alguna pieza para poder estirar un poquito más, si cabe, el cuello cuando el silencio se hace en el grupo de cabeza.

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